13 de setembro de 2016

Boletín Ai.lov.iú Nº 10: Madame Bovary y las pasiones del amor




I. Editorial
La experiencia analítica es una experiencia afectiva y el analista está confrontado a todo el espectro de pasiones que se despliegan en la transferencia. Lacan ubica al amor como una de las pasiones del ser, junto al odio y a la ignorancia.

El Otro es llamado a complementar la falta en ser del sujeto, lo que no hay, "puesto que a él también le falta el ser, es lo que se llama el amor, pero es también el odio y la ignorancia. Es también pasiones del ser", dice Lacan en "La dirección de la cura". Aunque el Otro responda al llamado nunca se podrá evadir el inevitable encuentro con lo imposible y cada quién se las tendrá que arreglar con eso. Ya sea por vías más amables, como el amor, o por vías más mortíferas que empujan a la tragedia. Hablar de pasiones implica la pulsión.

Para continuar explorando las pasiones del amor los invitamos a leer un texto sumamente interesante de José Fernando Velásquez, actual presidente de la NEL, en el que aborda las pasiones conjugando un texto de Pascal, "Discurso acerca de las pasiones del amor y otros opúsculos", y una lectura de "Madame Bovary". La célebre novela de Gustave Flauvert que no solo causó revuelo y desató pasiones en su época, sino que tuvo repercusiones en los ámbitos mas variados a través del tiempo. Inspiró el ensayo de Mario Vargas Llosa "La orgía perpetua", quién define su idílica relación con el personaje de Emma como "una pasión no correspondida", y también la psiquiatría introdujo en los primeros años del siglo XX el termino "bovarismo" para designar un estado psicopatológico relacionado con la personalidad de Emma, expresión que luego fue retomada por Lacan en su tesis doctoral en referencia al caso Aimée.

Sin duda no pudo ser mejor escogido el personaje de Emma para ilustrarnos sobre lo que se puede decir desde el psicoanálisis lacaniano sobre los devenires de la pasión.

Los invitamos cordialmente el próximo 20 de septiembre 19:30 hs. a la 3ra Mesa Redonda "¿Ni contigo no sin ti? Lo que dice el psicoanálisis del amor", en esta ocasión contaremos con las ponencias de Viviana Berger "¿Cómo tener pareja y no morir en el intento?", y de Irene Sandner "¿Qué espera una mujer con el encuentro amoroso?", Ana Viganó será la moderadora de este encuentro, los esperamos.

Silvana Di Rienzo. Comisión editorial de Ai.lov.iú*




II. LA PASION: EMMA, AMMA, GOZZA
José Fernando Velásquez

1. La pasión
Me encontré en estos días un texto de Pascal que por su nombre me convocó a estudiarlo a partir de la lectura de Mme. Bovary. El texto de llama "Discurso acerca de las pasiones del amor y otros opúsculos". Allí Pascal nos dice: "El hombre quiere acción, le son necesarias pasiones que lo agiten y le hagan sentir en su corazón sus raíces tan vivas y profundas"(1). La pasión es la expresión de una emoción, no cualquiera. Me llamó la atención encontrar que Pascal sitúa la causa en el cuerpo: "la pasión es propia del espíritu aunque es causada por el cuerpo"(2). Y aunque él es un filósofo matemático, reconoce que la pasión se vive en ausencia de cualquier control ejercido por la razón y fuera de toda preocupación estética o moral.

Algunas características de la pasión destacadas por Pascal y otros autores nos permiten hacernos una idea más precisa de la misma:

  • "No hay pasión sin exceso".
  • "Donde hay plenitud de pasión, nadie se pone a reflexionar"(3).
  • No importa que sea con poco o nada de sustrato real, lo que importa es que el sujeto la siente verdadera.
  • La pasión carece de edad.
  • La pasión modifica la operación que se debe a la razón sobre las acciones, el juicio, e incluso, la percepción(4).
  • "Se engendran cualidades que antes no se tenían. Se vuelve uno espléndido sin haberlo nunca sido"(5).
  • La palabra no es propicia a la pasión, es más lo que se siente que lo que puede decirse: "la palabra humana es como un caldero roto con el que tocamos una música para hacer bailar a los osos, cuando lo que quisiéramos conmover es a las estrellas"(6).
  • Al decir de Rimbaud, en la pasión, el Yo es otro y que la pasión lleva a ese otro yo a otra realidad(7).
  • La pasión depende de la novedad y por consiguiente tiene en su propia estructura el límite del tedio y la monotonía(8).
La pasión conduce a una manifestación de lo que el psicoanálisis llama "lo pulsional", aquellas fuerzas que se despiertan en el sujeto cuando se topa con lo imposible, y la pasión es un propósito para taponarlo. Es en las relaciones con otros semejantes donde el sujeto se encuentra con más imposibles, con la inexistencia de lo que colmaría su deseo y su goce; entonces ahí es que se expresan todas las pasiones del ser bajo una forma de descarga de tensión, por medio de actos que más bien son "arrebatos".

Asumir lo imposible del deseo es muy doloroso para el sujeto y es algo de lo que no se escapa ningún ser humano. Ello implica un sufrimiento inevitable.

2. El exceso de la pasión
Flaubert se expresa a través de Rodolphe cuando está seduciendo a Emma: "¿Acaso no sabe usted que hay algunas almas que viven en continuo tormento? Necesitan por turno del ensueño y de la actividad, de las más puras pasiones y de los placeres más arrebatados, y ésa es la razón por la cual se entregan a toda clase de caprichos y de locuras"(9).

Tal vez Flaubert nos muestra en este personaje - Emma – lo que Pascal ya advertía dos siglos antes: "El obcecamiento con una sola pasión cansa y arruina al espíritu"(10). A Emma estar en el campo de la pasión la conduce, como a algunos, a una enfermedad sin palabras y a la muerte como ausencia de palabra.

A Emma la pasión la hace concebir a sí misma diferente de cómo es, y en consecuencia, hacerse a algo ficticio y desempeñar un rol que intenta sostener a pesar de su naturaleza verdadera y a pesar de los hechos. Finalmente lo ficticio se hace pedazos llegando al estrago.

Emma es un nombre de origen germánico, viene de "ermín": "fuerza", su significado es "aquella mujer fuerte", alusión a la fuerza emotiva. Esa fuerza emotiva que se hace rasgo distintivo la remarco en el título de este trabajo al duplicar una consonante: en su nombre, en su pasión y en su enfermedad.

Emma hace parte de ese tipo de sujetos que se sienten con el derecho de gozar de los bienes humanos como es el amor, la sexualidad, el ensueño, la actividad, el lujo y las pasiones, sin advertir que todos ellos se viven sin tener la certeza absoluta. Por esa vía de la certeza llegan al capricho, a muchos arrebatos y a toda clase de locuras.

Emma cada cierto tiempo vuelve a pasar por el lugar donde se topa con el vacío, con lo imposible, allí donde el Otro no llega y no responde como ella quiere y por consiguiente se desata la angustia. El peligro es que el sujeto se ha perdido en el otro que es el objeto de su pasión: en un hombre, en una ambición, como Lhereux, en el conocimiento científico, como Homais, en el alcohol, en una mujer, etc.

Emma trata de esquivar la ley simbólica que dice "no todo es posible"; la frustración es imposible de ser tolerada y soportada, entonces el objeto de la pasión es exigido con una demanda imperativa sobre el otro, con perentoriedad, con exceso. Ella es incapaz de leer lo que el otro le da, el otro semejante es tomado en cuenta sólo en la faceta que está al servicio de su "espejismo"(11).

Cuando es evidente a un sujeto como Emma que ahí no hay ni habrá nada, viene el descreimiento. Un descreimiento brutal que invade incluso la existencia misma. Emma se enferma, Emma se suicida.

3. Para concluir
La aventura pasional hace que se revele en el sujeto su dimensión "difícil", "caprichosa", "avasalladora" y "tiránica".

También muestra el tipo de reacción que adopta el sujeto en su encuentro con lo imposible.

Emma "amma" para hacerse a un escenario que domine su "amargura existencial", su incapacidad de hacer con la rutina algo diferente al hastío. Nada la satisface ni la satisfará porque algo hay en ella de imposible: "confundía la sensualidad del lujo con los júbilos del corazón, la elegancia de las costumbres con las delicadezas del sentimiento"(12). Lo único que la satisface es un escenario en el que pueda transfigurarse(13) en heroína del amor que prescinde de cualquier incompletud. Pero el resultado no es más que el semblante de una "beata bruta"(14) que malversa y despilfarra(15) no sólo la belleza y el amor, sino la vida.

Notas
  1. Pascal. B. "Discurso acerca de las pasiones del amor y otros opúsculos". México, FCE, 2010. Pág. 21.
  2. Ídem, pág. 22.
  3. Ídem, pág. 33.
  4. Emma contemplaba a Charles, "gozando así en su irritación de una especie de voluptuosidad depravada". En cambio, mira a Leon y lo que ve es: "El frío que le palidecía parecía depositar sobre su cara una languidez más suave; el cuello de la camisa, un poco flojo, dejaba ver la piel; un pedazo de oreja asomaba entre un mechón de cabellos y sus grandes ojos azules, levantados hacia las nubes, le parecieron a Emma más límpidos y más bellos que esos lagos de las montañas en los que se refleja el cielo". Flaubert, G. Madame Bovary. Bogotá. Editorial Oveja Negra. 1982. Pág. 117.
  5. Pascal, pág. 33.
  6. Ibíd. Pág. 221.
  7. Después de ser correspondida en su pasión por Leon, "Sus conversaciones, sus modales, todo sufrió un cambio radical. Se empezó a tomar a pecho sus faenas domésticas, volvió a frecuentar con regularidad la iglesia y a ser más exigente con la criada. (…) Decía que los niños la volvían loca. Berthe era su mayor consuelo, su vida, su locura, y acompañaba las caricias que le prodigaba de tales arrebatos líricos que a gente más culta que la de Yonville le habría hecho recordar a la Sachette7 de Notre Dame de Paris". Ídem. Pág. 122.
  8. "el encanto de la novedad, cayendo poco a poco como un vestido, dejaba al desnudo la eterna monotonía de la pasión que tiene siempre las mismas formas y el mismo lenguaje".
  9. "Se conocían demasiado para experimentar esa sorpresa de la posesión que multiplican por cien los goces que proporcionan. Ella estaba tan asqueada de él –de León- como él cansado de ella. Emma encontraba en el adulterio todas las miserias del matrimonio".
  10. Ídem. Pág. 163.
  11. Pascal, pág. 29.
  12. Ídem. Pág. 212.
  13. Ídem. Pág. 68.
  14. Jiménez, A. La pasión inútil. Comentario de libros. http://la-pasion-inutil.blogspot.com/2010/08/gustave-flaubert-madame-bovary.html
  15. Ídem, pág. 221.
  16. Ídem, pág. 313.

La comisión editorial de Ai.lov.iu está integrada por:
Viviana Berger, Diana Montes Caballero, Silvana Di Rienzo, Fernando Eseverri.

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